Últimos acontecimientos celebrados en nuestra Gran Logia Simbólica Española
Lo que diferencia al ser humano del animal, básicamente es el símbolo. El animal se mueve por instinto y aunque el ser humano pertenece también a la categoría animal y tiene sus instintos, lo que de verdad le ayuda a comprender conceptos metafísicos o abstractos, es precisamente el símbolo.
De hecho, nuestra comunicación se basa en los caracteres o letras que conforman nuestro lenguaje y que nos permite llegar a un nivel superior al del resto de animales, esos caracteres no son otra cosa que símbolos a los que hemos otorgado un sentido convenido, de manera que puedan servirnos para la comunicación.
Sin embargo, la capacidad humana, no se queda en el aprendizaje de los conceptos básicos del lenguaje, sino que llega a expresarse de otras maneras como son los gestos o las actitudes, que, si bien algunos animales mantienen, sobre todo los que viven habitualmente con nosotros, no llegan a la comprensión total del significado de aquellos.
La empatía no necesita, la mayoría de las veces de ninguna expresión verbal, sino que nace muchas veces de la imagen que nuestro interlocutor nos trasmite, se dice que aquí intervienen las neuronas espejo, que nos hacen abrir la boca, cuando vemos a otro ser humano hacerlo, etc.
Parece que ciertas sicopatías pueden identificarse con la falta de empatía o de esas neuronas espejo.
Pero desde los inicios del mundo, el hombre ha creado otros símbolos, bien para la comunicación con coetáneos o simplemente como legado a sus descendientes. De manera que podemos a veces interpretar la historia, simplemente mirando esos símbolos. Ocurre por ejemplo con los egipcios y otras culturas antiguas que no solo empleaban su lengua (alfabetos que nos ha costado descifrar como ocurrió con la Piedra de Rosetta) sino los jeroglíficos que expresan acciones simplemente con un pictograma o dibujo (incluso hay quien dice que algunos de ellos representan la manera como debían trabajar los obreros la piedra, teniendo en cuenta que la mayoría de obreros no sabía leer, o bien explicaban el poder de determinado faraón o el poder de sus dioses).
Nace aquí la trascendencia que se pretende con el símbolo, dado que puede dar un mensaje en sí mismo, sin otras expresiones añadidas, para la comunicación y aunque a veces el símbolo tiene un sentido multívoco o puede tenerlo, para nosotros los masones solo establece un sentido de libertad personal, de expresión o de comunicación y que nos lleva al debate sobre el sentido de cada uno de los símbolos; dejando de lado el sentido univoco que demasiadas veces suelen tener algunas palabras o símbolos, que nos llevan a la falta de libertad en si mismos, como por ejemplo Stop.
En masonería solemos decir que todo es símbolo, dando a entender que muchas de nuestras expresiones se basan en los mismos y aquí representamos uno de los mas grandes símbolos para nosotros, como es la cadena de unión y que básicamente, muestra la unión de todos los hermanos. Es curioso como las manos unidas trasmiten los latidos de cada corazón, llegando la cadena a latir al unísono en el silencio de cada uno.
Ahora bien, en la sala donde se hallaba la sibila, esa sabia mujer entrenada desde niña para revelar el mensaje de los oráculos, podía leerse a su vez la siguiente inscripción:
“Te advierto, quienquiera que fueres tú, que deseas sondear los arcanos de la naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el Tesoro de los Tesoros. Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses”.